Matías Humano, MathLion, Saimon Sax — Cenizas

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Un sabio de mis sueños
Anoche me preguntó
Si quería más respuestas,
Si aún era un preguntón.
Y con esa sonrisa en los ojos,
Ligera y cristalina,
Fluyeron las palabras
De su boca hacia mi herida.
¿Necesito más respuestas?,
Me pregunto al despertar.
Ya no busques más certezas,
Lo que quieres es confiar,
Dejar de controlar,
Trascender el crear
Y aprender a co-crear.
Antes me sentía orgulloso de mi soledad,
Creando día a día sin parar mi singularidad;
Viajando en mi interior,
Abismos enteros.
Del mundo me encontraba yo
A cientos de kilómetros.
A años luz…
O años oscuridad.
Hace tiempo no veía la luz de los ojos de alguien más.
Siento
Como si la realidad
Comenzara a separarse de mi propia subjetividad.
Y así,
Enamorado,
De mi propio ego,
Del monstruo que había creado.
Bendigo el momento sagrado:
Cuando me quemé a lo bonzo como un sol obsesionado.
Y devorado
Por mi propia oscuridad,
Eyaculé mi plasma
Y el vacío fue mi hogar.
Y mi lecho de cenizas se empapo;
Me hice mar…
Y pensé que nunca más volvería a arder.
Cuántas personas quemé,
Cuántos momentos asfixié.
Y así me resigné;
Morir por mí está bien
Si no puedo con este poder…
Y así miré a la cara
A mi elemento.
Era inevitable
Pues estaba adentro.
Entro entonces
Por primera vez,
A mi oráculo interno donde alguna vez
Un solitario fuego creció en los albores,
Alimentado de mis rencores.
Y me acerco
A las brazas empapadas,
Sujetando el pedernal
De mi alma flagelada.
Avivando con rezos mis versos en seco:
Soplándole,
Inhalándome
El humo negro del laurel
Que ofrendo en el
Altar de piel
Me fui infiel
En el vergel
Perdí el edén
Y fui tan cruel
En el momento aquel.
Y suspiro,
Agotado.
Y una chispa se enciende en lo helado.
Y exhalo,
Derrotado.
Parece que el fuego se enciende callado.

Crepita,
Palpita,
El fuego me acaricia.
Retumban en la cueva las risas de la brisa.
Revisa que no vayas tan deprisa.
No quieres que la leña sea la flora que te habita.
Cuida la melisa pa la sonrisa.
Tu sacerdotisa
La artemisa
Poetiza,
Bien precisa,
Improvisa
Y profetiza.
Nunca más
Volveré a incendiarme.
Seré un nuevo sol
Y vendré a iluminarme.
Mis rimas
Serán más amables,
Mis diálogos internos
Serán para cultivarme.
Ya no hay final
En este ciclo interminable;
Una y otra vez intentaré equilibrarme.
Debo aprender el arte de ser inflamable
Y quitar de mi fuego el ego de los cobardes.